The Gruffalo

Decididos y decididas a entrar en el mundo de los cuentos y todavía algo afectados por la emoción, colocamos con delicadeza nuestras manos sobre el primer ejemplar. Con orgullo descubrimos que el primer monstruo en aparecer por el horizonte viene de la mano de aquel  pequeño ratoncito blanco que una mañana salió a pasear por el oscuro y profundo bosque... Pero mejor no os cuento más. Lo mejor será que abráis los ojos, abráis las orejas y abráis el corazón para que conozcamos juntos a "El Gruffalo"...

The Gruffalo - Julia Donaldson & Alex Schedfler

Guía para el docente

 A continuación se detallan propuestas de actividades a realizar con los alumnos en la sesión o sesiones en que se trabaje la lectura de este álbum. Todas son recomendaciones, pudiéndose suprimir, añadir, o modificar según criterio del maestro o maestra.
Dicha lectura puede realizarse de manera parcial o total en inglés (dependiendo del nivel del maestro y del de los niños) para introducir y trabajar el bilingüismo.

Actividades

Actividades para antes de la lectura

1.      Preguntar qué es un Gruffalo. ¿Conocen algún “Gruffalo”? ¿Qué es o quién puede ser con ese nombre? 

2.      Análisis de la portada. ¿Qué elementos conocidos encontramos? (animales, árboles, letras del título)

Actividades durante de la lectura

1.      Lectura completa del cuento (a criterio del maestro que ponga en práctica la unidad didáctica dejo el introducir actividades durante la lectura. En mi caso, yo haría una primera lectura completa, para que el cuento se disfrute sin romper la “magia”. Posteriormente se puede contar una segunda vez, ya pudiendo detenernos algo más. El riesgo que supone mi método es que parte de las cuestiones que propongo podrían quedar inutilizadas, o resultar algo forzadas y evidentes).

Sobra decir que cuando utilizamos las expresiones “leer el cuento”, “lectura de la historia”, etc., nos referimos a contar  el cuento, con todos los matices que implica (expresión en la voz, creación de ambiente, libro orientado hacia el público…). Es tarea del maestro conocer la historia y haberla disfrutado previamente, si no, es difícil transmitir nada.

2.      Identificación del protagonista. ¿Qué animal es?

?.      Creación de hipótesis. A medida que se desarrolla la historia podemos invitar a los niños a que “adivinen” con qué animal se va a encontrar después el protagonista, qué respuesta les dará…

4.      Introducción de “gazapos”. Una buena opción para captar la atención de los receptores y comprobar también si están siguiendo o no la historia (en cuyo caso, habría que plantearse si se está contando bien el cuento) es la de introducir errores evidentes que los niños identifiquen con facilidad, buscando que los niños y niñas, tomando parte de la dinámica corrijan al cuentacuentos y fomentando así la participación y atención de los mismos. Ejemplo de estos “despistes” del orador serían: “y apareció el zorro y dijo: ¡kikirikiii!”; “estaban en un bosque lleno de palmeras, y de las palmeras colgaban castañas”.

5.      Exagerar las cualidades características de  personajes conocidos: A medida que transcurre la historia y los niños se familiarizan con los personajes, se hace más factible el introducir características exageradas de los mismos, acompañando las descripciones con movimientos corporales. A su vez, al tener esta obra una estructura tan repetitiva (lo que resulta muy atractivo para los niños, que recuerdan con facilidad dichas fórmulas) nos ofrece una buena oportunidad para añadir detalles al álbum: rasgos característicos de los animales que aparecen en la historia (“bajó el búho, volando con sus alas extendidas, abrió su pico y dijo…”); vocabulario, elementos del paisaje (“un bosque lleno de robles, un castaño…¿qué fruto da el castaño?”)

6.      Enumerar partes del cuerpo. La obra se divide en diferentes “escenas” que tienen una estructura muy similar (lo que a los niños les resulta muy atractivo). En cada una de ellas se añaden cuatro características a la descripción del monstruo protagonista, por lo que la actividad sugerida sería, al nombrar las nuevas, pedir a los niños que enumeren aquellas que ya habían sido nombradas y les sumen las nuevas.
7.      Contar elementos de la imagen.  Aprovechamos, como un recurso más, el álbum para desarrollar el área logico-matemática pudiendo preguntar en cada escena "cuántos árboles hay", "cuántos animales", etc.

Actividades para después de la lectura

1.      Actividad plástica: Estampamos nuestro Gruffalo. Disponemos pintura de colores sobre una superficie lo suficientemente grande para que nos entren las manos (platos de papel o plástico servirían). Los alumnos introducirán cada mano, extendida, sobre pintura de diferentes colores. Después, frotarán una mano contra otra para obtener una mezcla de colores única en cada caso (resultará diferente porque cada niña será libre de elegir qué colores quiere mezclar y en qué cantidades).

A continuación, sobre un folio blanco dispuesto de manera horizontal presionarán con sus manos sin dejar hueco entre ellas pero con los dedos estirados y separados. Al situar la hoja de manera vertical veremos que lo que hemos estampado es el cuerpo del Gruffalo.

Cuando seque la pintura, podremos dibujarle los ojos, la nariz, las garras, la boca… todas las partes del cuerpo trabajadas durante la lectura.

Utilizando pegamento en barra, pegaremos la hoja blanca sobre una lámina oscura (marrón, negra, gris, del color del que se disponga) para después exponer los trabajos en el aula.

Actividades TIC: Al ser una obra tan popular y conocida, dicho álbum cuenta con una página web que ofrece numerosos recursos y actividades (también en inglés, lo que no servirá para seguir trabajando esta importante materia) que los niños pueden desarrollar para entrar así en contacto con las nuevas tecnologías.
El enlace a dicha web es el siguiente:

                                                    www.gruffalo.com


Después de vivir esta aventura con el Gruffalo solo queremos abrir de nuevo La Caja de los Cuentos para ver qué otro Monstruo aguarda impaciente para asaltarnos con su historia... ¿habrá lobo, la próxima vez?